Pues éso.
Seguramente el año que viene toque visitar Myanmar, la antigua Birmania.
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Ya estamos de vuelta en Delhi, frente al terminal de internacional del aeropuerto Indira Gandhi.
En cuatro horas Javi cogerá su vuelo a París y tres horas después, a las dos y media de la mañana, me tocará a mí embarcar en dirección a Bruselas.
A ver lo que da de sí la batería del portátil.
Estos días en Pokhara han sido días de relajo. Pokhara es buen sitio para hacer rutas de montaña, parapente, kayak, volar el ultraligero, …, o si estás ya cansado al final de un viaje es un sitio perfecto para no hacer nada de eso.
Por fin el miércoles amaneció despejado y desde todo Pokhara se podía ver a espaldas del lago el Annapurna.
Y si desde Pokhara se veía bien, en un collado que hay a media hora en coche tienes el balcón perfecto para disfrutar de esta parte nevada del Himalaya.
Desde ese collado tienes una visión panorámica desde el Dhaulagiri (8.167m.), el Annapurna (8.091m.) al oeste de la pirámide perfecta del Machhapuchhare (6.997m.), y los picos redondeados del Annapurna II (7.937m.) al este.
Nos levantamos a las ocho y media de la mañana en nuestro hotel de Udaipur, en la orilla del lago Pichola, recogimos nuestras mochilas y subimos a la terraza de la azotea del hotel a desayunar viendo el lago.
Tardaron en servirnos lo que tardan habitualmente. Desde que pides
algo media horita no te la quita nadie.
Y tras el desayuno llegó nuestro chofer y montamos en el coche en dirección a Pushkar.
Pushkar es una de las ‘holy cities’ ciudades sagradas de la religión hindi.
Otras ciudades sagradas son Rishikesh (la ciudad india a la que viajaron los Beatles en su época hippie), Varanasi, …
En uno de los ghats (escaleras que bajan al lago, donde los fieles se bañan) de Pushkar depositaron las cenizas de Gandhi, el padre de la patria india, tras su fallecimiento y cremación.
Jodphur era una ciudad oscura.
Encontrar un hotel que nos gustara nos costó un rato. Estaban muy desperdigados y la ciudad no tenía luz.
Por fin encontramos un antiguo ‘haveli’, un palacio de la burguesía rajhputa, reconvertido en hotel, con buen precio, una habitación muy amplia y una terraza en la azotea, justo encima de la habitación, desde la que se dominaba toda la ciudad, tenía una perfecta visión del fuerte y desde donde descubrimos lo que no habíamos visto desde la calle, que la ciudad era azul.
Luego nos enteramos que los brahmanes hace siglos comenzaron pintando sus casa de color índigo por motivos religiosos y por que ahuyentaba a los mosquitos y después el pueblo siguió esa costumbre.
Estábamos agotados. Habíamos madrugado, el viaje había sido un constante frenar y acelerar, cinco en ese coche se viaja regular, hacía mucho calor y la ciudad no invitaba a nada, así que decidimos darnos la tarde libre.
Muchas cosas que contar y poco tiempo, a ver si resumo.
El lunes por la noche, tras haber negociado el coche, nos fuimos a dar una vuelta por el fuerte y cenamos, dentro de la ciudada amurallada, en un restaurante tibetano con unas vistas alucinantes sobre la ciudad de Jaisalmer.
Volvíamos hacia el hotel y nos apetecía tomar una cerveza.
Para el alcohol India es un país muy raro, parece que es un tema que no les gusta pero se vende de tapadillo en mucho sitios y a ellos les encanta.
Los pocos sitios autorizados deben pagar muchos impuestos, pero si quieres encontrarla no tienes problema, basta con preguntar a la persona adecuada.
Debajo del hotel teníamos una licorería, pero estaba cerrada.
Al final llegamos a Jaisalmer sobre las 13.30 del mediodia de ayer domingo.
En total fueron dieciocho horas de tren, pero no fueron malas.
En el tren coincidimos con dos chavales, uno frances y otro italiano, que viven en Paris.
El italiano habia estado de Erasmus en Madrid y controlaba castellano y el frances lo medio entendia, asi que estuvimos un rato de chachara.
Ademas Javi se hizo amigo de un chavalin indio de unos diez anos, listo como un conejo, que hablaba ingles mejor que Javi y yo juntos y con el que estuvo charlando de mil cosas.
Resulta que la familia del chaval tenia un hotel en Jaisalmer que estaba bien y si queriamos echarle un vistazo nos llevaban gratis en su coche (el de la familia, no el del chaval) desde la estacion y si nos gustaba, guay, y sino sin compromiso.
Ya estamos en el tren que nos va a llevar a Jaisalmer, aunque casi lo perdemos. Pero vamos a comenzar por el principio.
El jueves por la tarde estuvimos recorriendo la zona de Main Bazar, un inmenso zoco en el viejo Delhi.
Es una zona muy curiosa de callejuelas embarradas, puestecillos con las más variadas mercancías, un incesante tráfico de carros tirados por personas, ciclo rickshaws (rickshaws tirados por una bicicleta) repletos de cajas y comisionistas a la caza de extranjeros.
Delhi es una gigantesca urbe a donde acude mucha gente ’de provincias’ a hacer fortuna unos de una manera más legal y otro como buenamente pueden.
Si eres un buscavidas que no tienes ni oficio ni beneficio, hablas un aceptable inglés y eres hábil hay una manera de conseguir dinero para ir malviviendo, ser comisionista.
Javi ya está en Delhi.
Anteanoche llegó a Bilbao, estuvimos cenando con Txomin en una taberna del Casco Viejo y nos tomamos despues un par de cacharros para despedirnos.
Y ayer Javi se levantó a las cinco y media de la mañana para salir hacia el aeropuerto y coger el vuelo a Delhi.
Y ahora me toca a mi.
En un rato salgo de casa para pillar un taxi al aeropuerto y coger el vuelo de las 6.50 a Bruselas y desde allí, una hora de transbordo después, otro a Delhi.
Llegaré a las 22.30 hora India (seis de la tarde hora española) de la noche de hoy jueves.
El siguiente artículo del blog lo escribiré ya en Delhi.
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Aaaaaaadios.
Hoy arranca la cuenta atrás para comenzar el viaje.
Javi sale hacia Delhi pasado mañana (compró el vuelo más tarde que yo y para el 19 ya no quedaban).
Mañana martes viene a dormir a Bilbao para, el miércoles a primera hora de la mañana, coger un vuelo desde Loiu hasta el Charles de Gaulle desde donde una hora después enlazará con un vuelo de Air France, París-Delhi.
En total, desde que salga de casa, hasta que aterrice en Delhi pasará unas doce horas de viaje.
Ya tengo el vuelo.
El próximo 19 de marzo a las 6.50 cojo el primer vuelo a Bruselas con Brussels Airlines (la antigua Sabena, la compañía de bandera belga). Dos horas y diez de vuelo.
Y a las 10.05 cojo el vuelo de Jet Airways que me lleva en ocho horas y poco a Delhi.
Jet Airways es la primera aerolínea asiática que ha levantado un hub de operaciones y conexiones simultáneas en Bruselas.
La manera más popular para llegar al hotel desde el aeropuerto de Delhi es tomando un taxi de prepago.
Desde el terminal internacional, gira a la derecha tras salir a la zona pública para encontrar el mostrador.
Después de pagar la tarifa, te dan un recibo con un número del taxi que deberás entregar al taxista al final del viaje.
Asegúrate de guardarlo en el bolsillo hasta que llegues al destino, no se lo des al chofer antes de llegar.
El conductor necesita el recibo para recibir el pago por la oficina de taxis, y puede ser una buena herramienta de negociación para garantizar que el conductor no te deje enmedio de la nada.
El prepago del taxi cuesta alrededor de 250 rupias a Paharganj, y menos de 200 rupias a Connaught Place.
Con más de 13 millones de habitantes, un tráfico caótico y un alto grado de contaminación, tanto atmosférica como acústica, la capital india resulta, al menos al principio, muy poco acogedora.
Sin embargo, en medio de su frenética actividad, que para muchos es gran parte de su atractivo, Delhi esconde varios lugares que bien merecen una visita.
Con excepción de los monumentos concentrados en la Vieja Delhi, el resto de los puntos de interés están muy alejados entre si y, dado el tráfico, se puede tardar mucho en llegar a ellos.
Filed under: india, transportes, viajes | Etiquetas: bajo coste, india, low cost
En la India las distancias son inmensas y los medios de transporte terrestres lentos.
Si necesitas volar a buen precio, puedes utilizar todas estas compañías aéreas de bajo coste:
- Air Deccan
- Air India Express
- Go Air
- IndiGo Airlines
- SpiceJet
- MDLR Airlines
- JetLite (Antigua Air Sahara)
- Paramount Airways
La línea ferroviaria Qinghai-Tíbet, cuya primera fase se comenzó a construir en secreto en los 50 y que se inauguró en julio de 2006, es un camino celestial (Tianlu en mandarín) que permite viajar desde Pekín a Lhasa, capital del Tíbet, en un espectacular viaje que cruza China de noreste a suroeste.
Curiosamente, es más corto en la ida cuesta arriba (47 horas y 28 minutos) que en la vuelta cuesta abajo (48 horas).
Filed under: नेपाल अधिराज्य, china, himalaya, naturaleza, nepal, tibet, transportes, viajes
La Friendship Highway o Carretera de la Amistad es una carretera sin asfaltar que atraviesa toda la meseta del Tibet para bajar de forma brusca en sus últimos tramos hacia el vecino Nepal.
Es una carretera única en su especie en todo el mundo y toda una experiencia y aventura para un paraje yermo y agreste, alejado de la civilización donde tendremos ocasión de contemplar el Tibet más auténtico en todo su esplendor.
La ruta tiene 1.000 kilómetros y habitualmente se suele recorrer en cinco días.
La primera etapa, una de las más bellas, empieza saliendo de Lhasa hacia Chushul para atravesar el río Brahmaputra y subir el primer collado de nuestro viaje, el Kamba-la de 4.794 m, para bajar después rodeando el lago turquesa de Yamdrok-Tso, situado en plena meseta tibetana.
A continuación, vuelve a subir hacia una nueva maravilla, el paso de Karo-la a 5.045 m, de impresionantes vistas y rodeado de glaciares.
Filed under: नेपाल अधिराज्य, himalaya, katmandú, nepal, transportes, viajes
Todas las mañanas durante la temporada seca (de octubre a abril), las principales líneas aéreas ofrecen vuelos por encima de las montañas al amanecer, con comentarios, con vistas panorámicas del Himalaya al amanecer.
Los pasajeros se acomodan en aviones turbo de 6 a 30 asientos, se les garantiza una butaca junto a la ventanilla y una visita a la cabina del piloto.
El vuelo de una hora desde Katmandú cuesta 124$, cuota de combustible incluida.
Con el tiempo despejado las vistas son maravillosas.
Se recomienda especialmente con Buddha Air, pues sus aviones son más grandes y vuelas más cerca del Everest.
El aeropuerto de Lukla, en Nepal, está situado a 2.800 m. y es considerado como uno de los más peligrosos del mundo por el enclave montañoso en el que se ubica.
La pista empieza en un precipicio y termina en la ladera de una montaña. Además, solía haber animales correteando por ella.
Construido bajo los auspicios de Sir Edmund Hillary, primer hombre en pisar la cumbre más alta del planeta, se encuentra rodeado por montañas y colinas, miles de alpinistas lo frecuentan cada año, ya que es punto de partida para las ascensiones a las montañas más altas del mundo.